“¡No disparen, soy gente!”
Así es el primer encuentro entre Dersu Uzala y el destacamento ruso que planea explorar la Siberia. Dersu es un cazador nómada animista, de aspecto simiesco y piernas arqueadas, perteneciente al pueblo nanai, que vive apartado en los bosques de Liberia.
El capitán Vladimir Arseniev y su destacamento tienen que elaborar unas prospecciones geológicas por los bosques de la taiga. La inmensidad del territorio y la dureza del clima hacen que el capitán se extravíe de sus soldados. Condenado a vagar por una tierra salvaje, Vladimir conoce a Dersu Uzala, un cazador habitante de la zona, que se conoce a la perfección todo el territorio .Dersu no sabe de libros o del precio de las cosas, sabe de la vida, de los árboles, de la naturaleza, sabe de la esencia del hombre y nos recuerda que lo que debemos hacer es recuperarla…
Dersu enseñará a Vladimir a convivir en plena armonía con la naturaleza y a saber respetarla al máximo para no perturbar la existencia de ambos.
“Dersu Uzala” es un canto de amor a la Tierra, a la amistad, a la vida. Un alegato al cuidado del medio ambiente. Al respeto humilde, a este entorno natural del que procedemos y del cual no deberíamos renegar.
Verla hace que nos sintamos invadidos por una nostalgia imaginaria, ya que ninguno experimentaremos esta sensación de vivir en armonía con la tierra, que nos prestaron nuestros antepasados.
Basada en la historia real de Arseniev, Akira Kurosawa hizo una de las mejores películas de todos los tiempos.
Dejaros de Stallones, Schwarzeneggers y no dudéis en verla… ¡Al ataque!
“El sol es gente, gente muy importante si se muere nosotros también moriremos”.- Derzu