Amigos

Familia

Entorno

Tips

Alce Negro Habla

Aunque ya no somos niños, aun deberíamos jugar a “hacer el indio”. La evolución correcta seria dejar los arcos y las flechas que nos hacíamos con cañas y una vez mayores, adoptar la visión que de la Naturaleza  tenían ellos.

El indio veía en la naturaleza virgen, símbolos directos del mundo espiritual. Para él, como para otros nómadas, la naturaleza era un santuario.

Su civilización era tan diferente y tan diametralmente opuesta a la del mundo moderno que, luego de vivir miles de años en la naturaleza, la dejó tal como la encontró.

El indio era alguien que caminaba con suavidad sobre la tierra. Por ésta razón, la herencia del indio norteamericano contiene un mensaje preciosísimo para el mundo moderno. Respetaban la Naturaleza, puesto que era la fuente de poder, manifestación de lo sagrado y porque sabían que su vida iba íntimamente ligada a ella. Nosotros hemos olvidado esto.

De todos los libros que se han escrito sobre la espiritualidad india, hay uno particularmente interesante: “Alce Negro habla”.

Alce Negro fue un famoso Wichasa Wakan (Medicine Man u Hombre Santo) de los Sioux Oglala.

A los 9 años, tubo una visión que condicionó para siempre su vida, iniciándose en la senda del Chaman. Con unos 12 años participó en la batalla de Little Big Horn de 1876, y fue herido en la masacre de Wounded Knee en 1890.

Hacia el final de su vida, Alce Negro sabiendo que iba a morir decidió dar a conocer los ritos y usos espirituales por ser el último depositario de esos conocimientos, Fue por este motivo, por el que contó la historia de su vida y un buen número de rituales sagrados Sioux a John Neihardt,  para que el poder de sus visiones llegara a todo el mundo. Sus narraciones obtuvieron un considerable interés por parte del público.

El libro en una narración en primera persona de la visión del mundo sioux, de sus ceremonias, de la vida en las llanuras…Imprescindible para conocer la hondura del alma india. En España lo edito hace varios años la Editorial José J. de Olañeta.

Ahora que llega el invierno, esta puede ser una lectura junto al fuego…quien lo tenga.